lunes, 17 de agosto de 2009

Batalla de Pilo - 9 de Mayo de 1895

La gesta del 9 de mayo de 1895 se inscribe en el contexto de la Revolución Liberal convirtiéndose en el preámbulo de una transformación social nacional Ecuatoriana que se dio el 5 de junio de 1895 y transformó la vida republicana del Ecuador.

Episodio histórico-político liderado por el Gral. Eloy Alfaro Delgado y en nuestra provincia por el Gral. Manuel Serrano Renda, sin posponer a ideólogos y protagonistas sociales, que contribuyeron al triunfo definitivo de la Revolución Liberal en nuestro país. Fue puede decir que fue el primer enfrentamiento militarmente organizado en la provincia de El Oro en favor de la Revolución Liberal.
Esta revolución como acontecimiento histórico trascendental, significó para el país el tránsito de un régimen político atrasado, arcaico, a un estado capitalista moderno, como resultado de un régimen económico, generado por el auge de la producción cacaotera, que se asentó en la costa ecuatoriana y que no tenía expresión estatal, en ese entonces.
El Gral. Eloy Alfaro Delgado y en nuestra provincia el Gral. Manuel Serrano Renda fueron los principales protagonistas sociales que contribuyeron al triunfo definitivo de la Revolución Liberal en nuestro país, de la cual justamente la Batalla de la Carreta fue su principal abanderada.
Cuando parecía temerario desafiar las ínfulas del gobierno de los conservadores, que acometían contra las montoneras alfaristas, el general Manuel Serrano Renda se levantó en armas el 2 de mayo de 1895 en El Guabo, constituyéndose en la etapa inicial de su jornada revolucionaria contra el gobierno nacional de Luis Cordero.
Los revolucionarios al mando del general Serrano Renda marcharon victoriosamente a Pasaje y Buenavista y el 4 de mayo de 1895 lograron el respaldo y el pronunciamiento de estos pueblos a favor de la causa liberal.
Con un ejército fortalecido con apoyo de las tropas rebeldes en esas circunstancias por el camino de “Corralitos” y el 6 de mayo de 1895, formando un peculio se apoderó de Pasaje y Santa Rosa, menos de Machala, donde permanecían los gobiernistas. En esta ciudad sobresalió la lucha decidida del coronel Filomeno Pesantes.
Por ello, Serrano dispuso que los alfaristas pasen de El Guabo a Santa Rosa y de allí a Machala. El 8 de mayo hubo ligeros roces, pero al día siguiente el combate se volvió de carácter general.
Ese 9 de mayo figuras comprometidas con la causa alfarista como Elías Puyano, Juan Borja, Federico Irigoyen y otros, encabezaron el asalto e incautación de la carreta, que se dirigía a la ciudad, en que las fuerzas leales a Vicente Lucio Salazar transportaban un cañón y una ametralladora, suficientes para causar daño a los rebeldes.
Done el líder liberal guabeño don Manuel de Jesús Serrano Renda, un terrateniente que se convirtió en baluarte junto al Gral. Eloy Alfaro Delgado, conquistando para el Ecuador el verdadero cambio que tantas veces anheló nuestra Patria.
Aquella tarde del 8 de mayo de 1895, Serrano salió con sus montoneros desde Santa Rosa para capturar el armamento y los soldados que llegaron a Puerto Pilo, habiendo logrado dicho propósito evitando que las fuerzas gobiernistas acantonadas en nuestra ciudad reciban refuerzos.
El Parte Oficial del combate entre otras cosas dice: “Sr. Coronel Manuel Serrano, Jefe de Operaciones de la Provincia de El Oro y Comandante Gral. de la División del Sur.- Sr. Crnel.
Habiendo resuelto el Consejo de Guerra reunido en Santa Rosa en la mañana del 8 el inmediato ataque a la plaza de Machala, se pusieron las tropas en movimiento, pero se perdieron dos horas en cruzar el río Pital.
Estando casi a una legua de distancia de Machala, fue avisado que había llegado a las 5 de la tarde el vapor Sucre, conduciendo 40 soldados, un cañón Krupp, una ametralladora Manlincher, varios fusiles Winchester y más pertrechos para ayudar a las tropas gobiernistas acantonadas en Machala.
Momento más tarde se conoció que aún no salía hacia la ciudad la carreta portando el material bélico, habiendo los montoneros acelerado el paso.
“Mientras la columna de Alhajuela emprendía el trote silencioso pero terrible, las tropas se esforzaban en forma círculos en torno a la carretera. Por como sus conductores y custodiantes llevaban cierta delantera, lograron al fin penetrar en el callejón que conduce a Machala, despregnandose estos últimos y rompiendo un nutrido fuego”.
El 8 de mayo el ejército liberal salió de Santa Rosa a la toma de la Plaza de Machala, centro importante del gobierno conservador de ese entonces. El general Manuel Serrano, bajo el mando de las tropas liberales y de la proclama: “SI HAY UN VALIENTE, QUE ME SIGA”, logró arribar victorioso a Machala y así en las Pampas de Pilo sometió a las fuerzas gobiernistas, que con la gesta del 9 de mayo de 1895 consolidó el triunfo de la Revolución Liberal en la provincia de El Oro.
Definida la estrategia unos pocos jinetes avanzaron por la pampa con la intención de evitar que la carreta llegue al poblado, lo que dificultaría su captura, sin embargo, En esta emergencia se ordenó que marchara al trote a emboscar en el callejón a la Columna Alhajuela, toda ella de gente bravía de nuestros campos y armada de machetes afilados a mollejón oportunamente; esta fuerza iba al mando del Mayor Ayala, quien llevaba la orden de atacar a los refuerzos que pudieran venir de Machala”
En este momento llegaba la Columna Alhajuela y rompiendo su tambor el redoble del paso de carrera sobre la carreta, llegando a ella haciéndola presa después de un corto pero reñido combate cuerpo a cuerpo. Aquí llegó el entusiasmo de nuestras tropas al delirio viéndose dueños de los valioso elementos antes mencionados”.
Este combate fue sostenido por la tercera parte de la totalidad de nuestras fuerzas, cuarenta y cinco soldados gobiernistas sin contar los Oficiales y el Comandante de Armas en persona, Coronel Don Juan Villavicencio, quien estuvo prisionero un momento, logrando evadirse enseguida, ignorándose hasta ahora su paradero.
La carga de los Alhajuelas llegó a infundir tal pavor a los contrarios que unos pedían la vida de rodillas y otros se declaraban rendidos, huyendo a los bosques en su mayor parte”.
“De nuestras fuerzas, perdimos en esta acción al valeroso Capitán Elias Puyano que quedó muerto a consecuencia de tres balazos recibidos y dos soldados también heridos a bala, los tres pertenecientes a la columna Alhajuela.
El enemigo perdió siete elementos, dos heridos, siete prisioneros y veintisiete dispersos, de los que se aprehendieron cinco al día siguiente”. La mayor parte de los enemigos muertos, lo fueron a machete. Después de unas horas de duros combates vencieron las fuerzas patriotas al mando del General Manuel Serrano y como consecuencia quedaron prisioneros algunos miembros de las tropas gobiernistas, apoderándose también de las piezas de artillería que se transportaban en una carreta. Este histórico acontecimiento se dio el 9 de Mayo de 1895.

“Desde ese momento el triunfo de nuestras armas era seguro; las fuerzas gobiernistas habían pedido al Comandante de Armas y nosotros habíamos ganado el cañón, ametralladoras y algunos rifles, cuyo manejo se enseño en el acto a nuestros soldados y contando con cuatro prisioneros de la Brigada de Artillería de Guayaquil y un teniente de la misma arma, perteneciente a nuestras fuerzas, se armó inmediatamente el cañón Krupp, disparándose una bomba por la altura para hacer saber a las fuerzas de gobierno, existentes en Machala que estábamos en posesión del elemento destructor en que tanto confiaron ellos”.
“Con esta oportunidad se envió un aviso al Sr. Coronel José Luís Barrezueta, que durante tres días había estado amagando a Machala por el noreste con su Columna Voluntarios de Machala, para que destacar inmediatamente; este aviso fue providencial, porque después del combate habido en el callejón, nuestras tropas quedaron completamente desorganizadas y un brusco atasque del enemigo nos habría arrebatado el fruto del primer triunfo; así que mientras principiaba la reorganización de nuestras tropas, se oyó dentro de Machala, el nutrido fuego que rompieron sobre el Cuartel las tropas del Coronel Barrezueta. Ya nada teníamos que temer; bastante tenía el enemigo con el ataque que sufría en sus propias trincheras para que pensara en atacarnos”.
“Concluida la reorganización de las fuerzas, se ordenó al Coronel Don Federico Irigoyen que con sus tropas del Batallón Alfaro No. 2 han cumplido con su deber; pero sino dejare pasar en silencio el valor y decisión de los Srs. Ayudantes del Cuartel General y Estado Mayor, Tenientes Coroneles, Doctores Víctor M. Panza, José A. Manrique, Juan Borja y muchos otros distinguidos jefes y oficiales que estuvieron a la altura de su puesto”.

Puestos en alerta los soldados del Gobierno, éstos entraron de inmediato en acción al mando del Comandante Pompeyo Baquero, pero no lograron controlar la situación, siendo favorable para las huestes del coronel Manuel Serrano.
“Durante la noche tuvimos dos muertos más y nueve heridos. Sufriendo el enemigo la pérdida de cinco miembros y tres heridos. El Teniente Coronel Don Tomás Larrea A fue ligeramente herido al indicar la puntería a los artilleros que no conocían la ubicación de las trincheras. El Sargento Rivadeneira de la Artillería de Guayaquil, prestó servicios de importancia en el manejo de las piezas, por lo que fue promovido a Teniente”.
“El resultado del segundo combate ha sido el entrar en posesión de noventa rifles Manlincher, cuarenta Remington con su correspondiente parque en gran abundancia, vestuario y calzado”.
“Patria con honra o muerte.- El jefe de Estado Mayor, (f) José Leonardo Serrano.- EL Subjefe, (f) Tomás Larrea Alba”
Cabe destacar que el enfrentamiento posterior a la captura de la carreta, se dio en la total oscuridad hasta el amanecer del 9 de Mayo en que finalmente se rindió el enemigo, habiéndose firmado el Acta de Capitulación en casa del Sr. Juan Domingo Mata Plaza.
“Al felicitar a S. S. por estos sucesos, felicitamos a la Nación, cuyos libertadores han adquirido valiosos elementos para continuar con la guerra que debe hacerse sin descanso a los eternos enemigos de nuestros derechos y garantías individuales”.
A la mañana siguiente a las 10 am. Comenzaron las conversaciones en la Plaza de la Libertad (hoy Parque Juan Montalvo), de donde pasaron los delegados a domicilio del señor Juan de Mata Plaza, comerciante agricultor afortunado y un patriota consecuentemente. Su casa fue una de las salas más lujosas de su época. Allí se efectúo la capitulación de las fuerzas de Gobierno.
Al día siguiente, una vea que se retiraron las fuerzas perdedoras, el pueblo orense desconoció al gobierno central.
No tratamos de restarle importancia a los hechos, pues, la desigual lucha, solo puede catalogarse como una escaramuza, sin embargo esta acción, sirvió para que el resto del país que luchaba por un cambio social, entre en estado de alerta y se decida por apoyar los intentos revolucionarios liberales del Gral. Eloy Alfaro.
Con este triunfo liberal en Machala se ratificó la jefatura suprema de Eloy Alfaro y se enviaron comisiones para traer a los proscritos que permanecían en tierra peruana. Serrano también protagonizó otras campañas decisivas para el liberalismo y por ello fue personaje clave de los ideales alfaristas.
La ciudad de Machala con este hecho, se convirtió de pronto en bastión de lucha liberal, ya que al triunfar la Revolución del 5 de Junio de 1895 acaecida en Guayaquil, derivada del enfrentamiento del 9 de Mayo.